
Goleó 3-0 a La FLorida, pero tiene la obligación de ganarle a Crucero en la próxima para llegar con chances a la última fecha. Morales -ambos de penal- y Cuellar, los goleadores
Posadas. Lo de ayer le servirá al menos como incentivo a Guaraní. Sabe que el domingo próximo deberá ganarle a Crucero, y que si esto se produce tendrá que esperar hasta la última fecha para saber la resolución de este Cuadrangular. Por ello el triunfo de ayer ante La Florida (que quedó eliminado) pasaba fundamentalmente para recomponer la imagen luego de dos traspiés consecutivos.
Y el 3-0, holgado, justo -porque fue el que controló el partido-, pero sin demasiado ruido le da un escenario interesante a la penúltima fecha de esta llave. Claro, no se deben soslayar dos cosas: la Franja venía dolida a raíz de que el elenco tucumano le había propinado un cachetazo importante siete días atrás (fue 5-1); y ayer este mismo equipo estuvo disminuido considerablemente. Con cinco titulares menos por cuestiones económicas y un team reducido (sólo dos suplentes, entre ellos Carlos Jaime, quien a su vez está lesionado), La Florida ofreció mucho menos de lo que hizo a lo largo del campeonato. Y estuvo frágil, algo que el local lo aprovechó apenas iniciado el partido, cuando Morales cambió por gol el penal sancionado por el árbitro Raimondo (mano de Zambrano).
Ese tanto lo desequilibró a La Florida, que se mostró prolijo con Bernasconi, el cerebro, y también incisivo con el diminuto Sosa. Aunque fueron escasos minutos. Más allá del remate de Sosa al travesaño, a los 34' de esa parte inicial, Chalabe derribó a Chucky Núñez y nuevamente Morales -con la misma serenidad de la primera ejecución- puso el 2-0.
A diferencia de actuaciones anteriores, en esta ocasión Guaraní cambió eficacia por brillo. Y le fue bien. Más allá de que Bianchini manejó los hilos en los 45 iniciales, la mayoría de sus compañeros no se mostraron ciento por ciento enteros. Y por ello llegaron las intermitencias en el complemento, algo que intentó suplir Lucas García, el más inquieto.
La Florida, comenzó a aflojar y ya en inferioridad numérica definitivamente se entregó. Sólo un cabezazo de Zambrano a los 16' del complemento (desviado por Ponzio) llegó a alertar a la defensa local.
Por eso Cuellar, de cabeza, puso cifras definitivas a los 22 y con buenos minutos por jugar, la historia estaba concluida. Telmo, con los cambios, buscó ampliar la ventaja, pero no hubo frescura. Sólo García mantuvo en vilo a los simpatizantes con su zurda venenosa. Incluso Bichi, en el cierre de la primera parte, armó un jugadón que por poco no terminó en golazo.
La premisa que tenía, Guaraní la cumplió como debía. Con algunas sombras sembradas entresemana cerca del cuerpo técnico, por ahora todo sigue su marcha. El domingo próximo es la gran prueba. Un triunfo lo mantendrá despierto, en tanto un traspié lo llevará a planificar de nuevo.